21 de diciembre de 2013

Como los grandes héroes.


Perros de la impotencia. Bastardos de un tiempo que nunca fue nuestro. Leales a mí desde hacía dos décadas, algunos, pero nunca tan imperecederos como el guardián de la muerte blanco, frente a nosotros. Sus cabellos largos revueltos, su gabardina ajada, la cicatriz negra en su hombro izquierdo. Su mirada, de locura. Ojos negros, pupilas doradas. Carne y metal, ira y odio.
Soldados de una causa imposible, firmes ante la muerte, así le mirábamos. Pero todos dudábamos. Las guerras más difíciles eran ríos que fluctuaban sin cesar entre la victoria y la derrota, y los combatientes experimentados eran siempre los más difíciles. Llegamos a aspirar en la gloria y la victoria, pero los sueños escaparon en bandada con el fulgor de nuestras armas.
El colgante dorado había sido destruído.

20 de diciembre de 2013

Lágrima Valerie.


Soportaban muchos golpes. Muchas explosiones inundaban sus ojos. Eran tantos los enemigos que esquivaban por instinto, forcejeaban y al segundo habían ganado, llevando a la extenuación sus músculos.
Pero ella no.
Ella les miraba con impotencia, con aquel dolor persistente en el pecho. Dolía. Dolía... Defensor cubría el hueco que le correspondía, y el de la muchacha, con aquel espadón gigante sin parar de ondear y cansarse mientras ella solo miraba. Solo miraba, no sabía luchar. Solo miraba... Notaba los nervios en cada cabello negro y largo, en cada fibra de cada músculo, en cada vaso sanguíneo. Ella no sabía combatir, jamás lo había hecho. Por eso él estaba a su lado.

10 de diciembre de 2013

Los muros languidentes.


Una voz grave, profunda y potente se comenzó a escuchar mientras cada sacudida era más fuerte y algunas bombillas de la sala estallaban. Las paredes temblaban de pavor. Ya podía escucharse el sonido de algo gigante rozar techo y tabiques entre cada rugido de pisadas.

-Miedo... Miedo...

Con voz profunda y grave, arrastraba cada letra como si le costara pronunciar. Las dos mentes se asomaron paralizadas mientras una sombra enorme emergía de la esquina más próxima a su posición.
Una última sacudida hizo temblar cemento y piedra del primer piso del palacio antes de que la sombra que aparecía comenzara a revelar su figura.

22 de noviembre de 2013

Muñecas rusas carmesíes.


Todo el mundo se paralizó en el interior de los buenos cuando les dije la verdad.
El choque cesó varios segundos, y en un rápido vistazo pude cruzar miradas con Eissen, que tranquilo aspiró profundamente, y Optimismo, que en una mirada nerviosa cargada de emoción lucía consternado. Razón sin embargo miró con más furia a su enemigo, notaba su rabia por el engaño, su impotencia, su fallo.
Sever entornó los ojos apretando sus dientes. Con su gabardina gruesa rasgada, sus cabellos largos inmóviles. Con una lanza en su mano derecha y el poder de Equánime  en su izquierda, en guardia no se movía, furioso porque sabía lo que sabíamos, porque él tenía parte de mí y se encontraba parcialmente conectado conmigo.

31 de octubre de 2013

La revelación.




Le miró con rabia. ¡Qué descaro! ¡Qué poco caballero! Los cinco chantajistas seguían ahí. Su Susurro seguía ahí, inmóvil como el resto. Con razón el predicador seguía soltero.

-Me has... llamado... ¡¿fulana?!

Frunció el ceño y respiró firme mirándola con esos ojos horribles, dispuesto a ser un hombre.

-Así es - el sensual susurro del viento tensó las dos miradas de silencio -. Y así lo pienso. Fulana.

17 de octubre de 2013

Gestos de honor.


El aire, frío en sus cabellos oscuros como la incipiente noche. El brazo, firme alrededor de su vientre. Su rostro fiero, su rostro familiar. Las batallas se sucedían, enseñaban a no rendirse jamás, a levantarse una y otra vez, a estar dispuesta a acabar con el enemigo hasta que la muerte de pie sorprenda y hallar el descanso con toda gloria. Pero no enseñaba a controlar la miríada de sentimientos que golpeaban con estacas de recuerdos al ver después de tanto tiempo el rostro de un muerto. El rostro de aquel muerto, vuelto a la vida con un blanco tan puro que a su lado el día carecía de sentido.

5 de octubre de 2013

Confusión.


Entre las paredes volátiles de humo negro empezaba a coger forma la silueta estilizada de ropas negras y piel gris del enigmático Inconsciente.

-Vaya, Carlos, mira cuánto trabajo has hecho… algo más de un año en guerra perpetua contra tu archienemigo, un cumpleaños celebrado entre las trincheras ¿y esperas derrotarle este verano?
-Sí.

El silencio se formó en la sala oscura sin tamaño. Nuestras pupilas se miraron expectantes hasta que él cortó girándose hacia su izquierda y comenzando a caminar.

13 de septiembre de 2013

Hija de la Luna.


La guerra… tan necesaria, tan atroz. ¿Por qué no crecer sin sufrimiento? ¿Por qué sufrir para ser más fuerte? La vida era dura, era cruel y exigente. Ojalá tras aquella noche no volviera a haber sangre… pero iba a haber, seguro. Iban a necesitarla. Y ella los atendería triste, ella les preguntaría por qué luchar, aunque conociera ya la respuesta…
El mundo la necesitaba, por eso ella era así.

-Es un ciclo. Cada vuelta es más intensa y destructiva, pero siempre es lo mismo.

4 de septiembre de 2013

Morir dos veces es morir ninguna.


Más y más y más golpes. ¡Era de locos! Nada que ver con el silencio y la calma que la cortejaron durante tantos meses… pensaba realmente que se enfriaría, que no volvería a verse jamás y desaparecía como una mente común, pero pasaban los días y los meses y aquella calma y aquel silencio no eran los compañeros que ella deseaba, no le gustaban, no ofrecían emociones fuertes. Y de pronto volvió al segundo nivel rodeada de océano, con sus antiguos compañeros y otros nuevos que no la miraban suficiente, no la hacían mucho caso. “Al menos”, pensó, “me ofrecerán diversión”.
¿Por qué solo sabían combatir? Empezaba a ser aburrido.

25 de julio de 2013

Dos fuerzas.


La sangre fluía con aspereza, mezclándose con el polvo y el sudor de mi frente.
Una gota caía, perdiéndose en un suelo árido oculto en un mar de bruma. La mirada al frente, fija en el enemigo.
Alcé ambas manos, dirigiendo un fulgor dorado procedente del cristal contra mi enemigo, que gritando de dolor por fin hallaría el descanso eterno.

15 de julio de 2013

Las paredes susurrantes.


El ocaso tocaba a su fin, y el murmullo del caer de las gotas de agua en un constante repiqueteo era lo único que se escuchaba en aquel frío lugar. Aquella sala grande pero poco espaciosa fue una de las pocas en quedar intactas tras la caída de el Palacio. Se pensó en construir otro para Sombra cuando volvió, presa de las inseguridades, buscando consuelo y pidiendo perdón por abandonarnos a nuestra suerte; pero ¿cómo basarse en algo que ya estaba roto?
Aquel constante sonido no parecía afectar a la concentración de Erudito, que ojeaba cada libro de la biblioteca, lenta pero concienzudamente, y cogía alguno que amontonaba en una pila que seguro cogería luego, y Susurro, que había encontrado un cubo de metal y lo había colocado bajo la grieta que dejaba pasar el agua del piso superior para recostarse en una pared y mirar cruzando los brazos, con total seguridad lo tendría que ayudar. Él era así: viejo de cuerpo, pero siempre joven de espíritu, y muchas veces se olvidaba de sus limitaciones.

7 de julio de 2013

El trono negro.


Desde la Gran Tragedia, Luchadora perdió su pasión por luchar, se volvió apagada, contemplando la tumba. Contemplando la tumba del ser que sacrificó su vida de aquel golpe mortal.
La tumba de Humilde.

Año y medio nos separaba de aquella sangre sobre aquellos dedos temblorosos, de aquel grito desgarrado que no podía salir, de unas últimas palabras que no fueron dichas y aquella rosa en aquella lápida, en aquel funeral improvisado donde enterrábamos una mente que lo dio siempre todo por nosotros. Una mente que significó la calma, la única capaz de hacer reír al pobre Relativismo.

29 de junio de 2013

Sin vuelta atrás.


El silbido del viento acompañaba el sonido del silencio, del metal tintineante del arma que besaba la armadura, temblorosa por la velocidad del vuelo. El agua desaparecía con nuestro movimiento y cada vez se encontraba más lejos, pero aún no podía verse el suelo arruinado y desértico.
Podía sentir la conexión entre cada una de mis mentes más poderosa que nunca, podía sentir cada conciencia, cada pensamiento de manera recíproca. Todos concentrados, todos dirigiéndose a la gigantesca nube negra en el horizonte que ya abarcaba toda nuestra visión.

-¿Seguro que estás lista para el combate, Luchadora? -le susurraba acercándome a ella.
-Por supuesto, Mentes. No te fallaría en tu batalla más importante -me miraba con aquellos ojos morados apagados, con aquel pelo azul oscuro sin coletas.

25 de junio de 2013

Por mí. Por ellos.


El tiempo jugaba en mi contra y a cada segundo que perdía la sonrisa desfigurada de Sever comenzaba a dibujar la oscuridad más, más, en el lejano lugar donde se ocultaba, con un ejército de Clones Blancos como él entre el vacío del negro de ambas pupilas.

Comencé a caminar hacia el centro de todas esas mentes, algunas tan conocidas, otras tan inexploradas, descubriendo que lo más importante no era el número, sino la calidad, la pureza y complejidad de las que se poseen.

16 de junio de 2013

Y resurgir.


Los gemidos rompían el sonido del silencio y los rumores del fondo del océano.
Entre las piedras de las ruinas, con su cara mirando a la luz para sentirse vivos, yacían los cuerpos heridos entre los rumores del fondo del océano. La sangre flotaba y se dejaba llevar por la corriente a cada quejido, cada resoplido, cada movimiento.

-¿Qué es lo que hemos hecho? -el sonido del metal rozando la piedra acompañó la voz de Servatrix, herida.
-Nos hemos comportado como estúpidos -dijo Luchadora tapándose la herida de su vientre.

1 de junio de 2013

Los Creadores.


Y las colinas agostadas y maltratadas del pasado comenzaron a difuminarse, las ruinas de aquella capilla se alejaban rápidamente y el suelo bajo mis rodillas se deshizo, desaparecido el pergamino y sostenido en un negro permanente que cortó mi respiración y me hizo abrir los ojos de pronto.
Con la boca abierta cogiendo aire rápidamente me quedé ahí, inmóvil en aquella posición estirada, estupefacto. Miré alrededor lentamente, intentando fijarme en algun detalle que pudiera decirme dónde estaba, por qué todo era tan negro. Y recordé entonces dónde me encontraba.
Una sala negra como la oscuridad, de suelo negro y paredes negras y sin ninguna clase de luz salvo la de dos finas líneas en el suelo que en línea recta y paralelas parecían señalar un camino. A ambos lados de la senda seguida se levantaban sostenidos por soportes del mismo material negro que el resto de cosas unos orbes negros del tamaño de un cráneo, que reflejaban pobremente la tenue luz del suelo y de manera igual que todo lo que allí había.

20 de mayo de 2013

Hasta los dioses temen su poder.


Silencio, mientras Religión acababa de incorporarse, observar a su alrededor y fijar a su blanco objetivo.

-¡Míralo! -el rugido de Sever golpeó todas las colinas, ahora escombros.

Y lo miré, le hice caso porque tenía razón. Y grité lo que deseaba, porque eran débiles, ¡débiles por no comprenderme! Daba igual que Calavera hubiera intentado suicidarse antes, ¡daba igual que la autoestima de Roxanne en aquel momento fuera frágil! Me traicionaron y grité lo que les dolía, porque estaba dolido... porque... ¡maldita sea, yo era fuerte, no era...!

14 de mayo de 2013

Ardan los sueños.


El sonido del metal chocando, las chispas del combate.
Allí se encontraba Luchadora frente a mí deteniendo el golpe con su espada casi negra, herida y vendada mirando con furia a aquellos ojos perversos.
El polvo mecido por el aire, acariciando nuestros dedos. Todo en silencio. Humilde cargaba contra Religión pero la visión de sus ojos le desconcentró y el enemigo lo lanzó con fuerza contra el suelo. Susurro tardó en hablar.

-Luchadora, ¿qué haces aquí?
-No he podido detenerla -apareció Repar, jadeando.

3 de mayo de 2013

Como piezas de ajedrez.


-Es imposible ganar, Carlos. Estás muerto.

Imponiendo su voz a mis quejidos se levantó lentamente Religión, con aquel cuerpo tan grande como cinco, con aquellos brazos enormes y aquellos ojos blancos y brillantes.
Me incorporé lentamente, acosado continuamente por la imagen de sus ojos en mi retina, abrasando mi voluntad y haciéndome retroceder.
Movió el brazo realizando un barrido y la fuerza desprendida me volvió a tirar al suelo. ¿Qué ocurría?

30 de abril de 2013

Sagrario.


Todos se giraron. Firmes, serios, todos me miraron.
Al fin. Todos ellos. Todos me representaban.
Mis mentes.
Todo encajó en mi cabeza y me pregunté cómo pude ser tan tonto, negarme la realidad tan evidente.

-Mentes...
-Al fin nos reconociste.

22 de abril de 2013

El Corazón.


Mentes. De pronto, entendí el significado de aquel nombre.
Mentes me llamaba Luchadora, Mentes me llamaba Razón. Todos. Lágrima representaba mi dolor, Razón mi lógica. Optimismo, Erudito... ¿eran todos lo mismo? ¿No pertenecía realmente solo a Luchadora? Bien pude empuñar la espada y la lanza...

El gimoteo de Erudito pudo escucharse por momentos entre quejido y choque de las rocas, que giraban a una velocidad increíble por el mundo, envueltas en un remolino invisible que comenzaba en la Isla Polar, la isla más alta, ahora sitiada por Religión.

17 de abril de 2013

Caos.


Abrí los ojos no por el sonido del despertador, sino por un enorme estruendo que comenzó a escucharse en una parte alejada en mi mundo.
Al fin había venido.
Corrí a incorporarme, con mi espada en la mano desenvainada, con la ropa lista. Ya había meditado suficiente. Un dios. El estruendo que acababa de oírse era la menor de mis preocupaciones.
No pasaron unos segundos y allí me encontraba, serio y sabiendo lo que me jugaba en el interior de la barricada.

23 de marzo de 2013

Identidad.


Su voz tronó por todo mi mundo mientras ella clavaba sus ojos en los míos con la mirada ida, tan cerca, pero tan lejos...
El caminar se hizo más pesado mientras sentía cómo ella apretaba levemente su mano contra mi pecho.
Un hombre me recibió en la puerta, y poco después Luchadora descansaba sobre una camilla, con el pulso estable pero débil.

12 de marzo de 2013

Y la tierra se abrirá.


-Muchas gracias, Mentes -dijo aquel joven, tendiéndome la mano -. Soy Optimismo. Encantado de reconocerte.

Luchadora dijo que no hablase con ellos. Que no me iban a contestar, pero no era cierto.

-No, no era cierto. Veo que Prejuicios sigue cubriendo este lugar con su manto. Ella –señaló la copa de uno de los pinos que adornaban aquella isla flotante -, ella extiende un aura de ilusión que te engaña y confunde.

25 de febrero de 2013

Vida, acción y muerte.


Polvo eres. Y en polvo te convertirás.
La tierra. Tan eterna, tan recia, dura e inmutable. Cambia con paciencia, en medio de la nada inmensa que es el Universo. Sin embargo, la tierra nos ha dado un gran regalo: la vida.
Cede su espacio para nosotros, nos permite aprovecharnos de sus recursos y comparte la luz que recibe. Todo en un equilibrio, lento pero perfecto, una balanza que siempre que sube, baja, y de manera inflexible nos pone a prueba para acomodarnos en su propio juego cambiante.

6 de febrero de 2013

Confesiones hacia mi persona.


Me balanceaba lento pero intranquilo como un metrónomo sobre la silla del escritorio, viendo la pantalla del ordenador sin saber qué hacer, pensativo.
Ten una carrera. Destaca en la carrera.
Métete en una asociación voluntaria.
Destruye el mal de tu interior y ayuda a gente con tus descubrimientos. Ellos no te comprenderán, te tacharán de dogmático, te negarán, te dejarán.
Te juzgarán, por los actos pasados que ahora intentas resolver y por los que ahora no controlas.
Ten un motivo para sufrir y un objetivo inalcanzable que te sirva para fantasear cuando duermas y la realidad no pueda molestarte.

27 de enero de 2013

Mentes.


La energía fluía de manera incandescente por todo mi ser encogiéndolo, empequeñeciendo mi cuerpo a medida que se hacía más grande, más fuerte.
Porque solo ellos serían admitidos en mi reino, y debía cumplir con el ejemplo. Solo los grandes. Solo los fuertes.

-Necesito abrir de nuevo el cofre.
-Yo me esperaría... Ha pasado poco tiempo desde la última vez y tu cuerpo ahora está cansado.
-Ábrelo.

18 de enero de 2013

Eligen sin vivir, creen sin pensar.


La puerta pesada chirriaba como siempre, pero ya no pesaba lo mismo, y eso me gustaba.
Allí me encontraba. En las colinas verdes, recuperadas tras el acto violento de Sombra.

Y sin embargo, ahí estaba yo, con ella hablando los dos sentados en una colina de la Casa de Campo. Se había desplazado hasta mi barrio para ir al cumpleaños de su novio, pero quiso verme antes.
Y yo acepté, como un imbécil. Callando lo que mi interior quería decir, que solucioné encerrando junto a luchadora el fuego que me ardía en una jaula y enterrándolo a mucha profundidad en aquella tierra húmeda y fresca de mi mundo. Fingiendo ambos que nada había ocurrido.

6 de enero de 2013

Recuerdos perdidos.


-¡Traidor! -gritaba refiriéndose a mí.

Todas las miradas se fijaron en mi persona, mientras sus armas permanecían estáticas en el cuello del cuerpo más cercano, dispuestas a desgarrarlo en cualquier momento.
Una sombra emergió entre todas.
Lo hizo repentinamente. Nadie sabía que estaba allí hasta que apartó sin miedo ni prisa aquellas espadas y lanzas que se interponían entre aquella figura y yo.

-A nadie no. Yo lo sabía.

5 de enero de 2013

Recuerdos caídos.


El fondo negro, una larga sombra se levantaba a mi izquierda. Yo en el suelo entre pequeños escombros, él de pie, apuntándome con una espada y con la cara prácticamente iluminada.

-Dime, Carlos. ¿Qué se siente al enfrentarte a tu primer gran villano? ¡Estoy realmente loco!

Abrí los ojos mientras me acababa de levantar volviendo de nuevo a mis pensamientos, a mi mundo. Llevaba mucho tiempo levantándome, posiblemente mes y medio, pero ellos seguían allí, todos, en fondo del océano, observándome. Mis Mil Mentes.

-Ha sido un buen año -decía Optimismo con una sonrisa.