20 de noviembre de 2012

Sever.


No dudé un instante y aparecí de pronto en las colinas, destrozadas, vapuleadas por los seísmos constantes que sufrieron debido a los peligros del Templo, recuperándose poco a poco.
Miré en todas direcciones, entre las grietas y en lo más alto de las montañas.

Sombra había desaparecido.

13 de noviembre de 2012

Luchadora.


Abrí el cofre, decidido. Al fin recobraría mi personalidad... ¿Qué guardé dentro? ¿Qué había planeado?
Un alud de sensaciones recorrieron mi espíritu al poco de abrirlo. Irremediablemente la tapa se abría completamente al mismo tiempo que yo caía hacia atrás.
Un dolor insoportable. Dolor. Dolor. Dolor y odio...
¿Cuántos recuerdos volvieron a mi cabeza? Recordé entonces que ya los recordaba, pero los mitigué en la cabeza con un falso perdón... ¡No perdonaba!
Mi alma fue prácticamente consumida por aquel torrente continuo y horrorífico de sensaciones. Este no era el trato, cofre...

11 de noviembre de 2012

La sala de las Ocho Antorchas.


Abrí los ojos. Sorprendido, miré atrás, viendo la sala detrás de mí, desde el otro lado.
Estaba vivo. Dejarme llevar por los sentimientos casi me mata.
Menos mal que fue la objetividad más absoluta la que me salvó y me sacó de allí. La objetividad en forma de sombra.
Envuelto en aquella mentira que creí por entonces avancé. Hacia la oscuridad del pasillo, avancé. No importaban las pruebas. Debía continuar. No importaba el dolor, ni el sacrificio. Solo la victoria. Solo explotar un sentimiento que no comprendía demasiado, nuevo en mí, me gustaba...

2 de noviembre de 2012

Conocerse, el sacrificio por una vida que merezca la pena.


El pasillo que recorría no era tan recto como los anteriores. La piedra ya no era pulida, y notaba en él serias irregularidades de terreno en paredes y techo. No se iluminaban antorchas a mi paso, así que acabé palpando paredes y suelo, avanzando lentamente.
"Mierda" dije para mis adentros cuando el pasillo se bifurcaba por primera vez.

Un chasquido de látigo se escuchó desde lo más profundo del pasillo de la izquierda. Como si un ángel me guiara, lo recorrí pensando cuándo encontraría a la mujer que chilló antes.
¿Qué monstruo la estaría torturando?