22 de noviembre de 2013

Muñecas rusas carmesíes.


Todo el mundo se paralizó en el interior de los buenos cuando les dije la verdad.
El choque cesó varios segundos, y en un rápido vistazo pude cruzar miradas con Eissen, que tranquilo aspiró profundamente, y Optimismo, que en una mirada nerviosa cargada de emoción lucía consternado. Razón sin embargo miró con más furia a su enemigo, notaba su rabia por el engaño, su impotencia, su fallo.
Sever entornó los ojos apretando sus dientes. Con su gabardina gruesa rasgada, sus cabellos largos inmóviles. Con una lanza en su mano derecha y el poder de Equánime  en su izquierda, en guardia no se movía, furioso porque sabía lo que sabíamos, porque él tenía parte de mí y se encontraba parcialmente conectado conmigo.