21 de enero de 2018

El ermitaño está vivo.


Por fin veo la luz del sol a través de los troncos de los árboles. Por fin, después de días vagando en este infierno de jungla, voy a poder descansar en paz. Los mosquitos me han acribillado, esa araña me abrasó la mano, pero al fin podré irme de aquí. Estoy tan cansado... Una jungla exuberante, llena de alimento, y apenas he podido coger nada. Echo un vistazo atrás a los árboles resbaladizos y los cientos de gorjeos que se esconden entre sus ramas. Ojalá sea el último de los vistazos. Cuando avance los cien metros que me quedan, no volveré a pisar este lugar maldito. No volveré a escupir hormigas cuando me despierte en la noche.

11 de enero de 2018

La chamana fuerte.


Cuento a los demás lo que le ocurre a Afrodita, sin poder darles más que absolutamente nada. No sabemos la gravedad de su veneno, no sabemos nada salvo que tendrá que soportarlo, además de la rotura de su cadera. Tan solo sabemos que el veneno procedía del metal de uno de Los Creadores, el azul, que la hirió con su mano al agarrarla y lanzarla lejos. Imica, que me ha acompañado y coge mi mano, nos dice que la morfina también aliviará su dolor de cadera. Tendremos que racionarla todo lo posible, para que no sufra... hasta que se acabe. Todas las caras son de abatimiento, incluso la de Energía, y no me extraña. No podemos perderla, no ahora, ahora la necesitamos junto a nosotros, mucho más que lo que ella nos necesita a nosotros. Imica avanza hasta colocarse en el centro del círculo imperfecto.