27 de enero de 2013

Mentes.


La energía fluía de manera incandescente por todo mi ser encogiéndolo, empequeñeciendo mi cuerpo a medida que se hacía más grande, más fuerte.
Porque solo ellos serían admitidos en mi reino, y debía cumplir con el ejemplo. Solo los grandes. Solo los fuertes.

-Necesito abrir de nuevo el cofre.
-Yo me esperaría... Ha pasado poco tiempo desde la última vez y tu cuerpo ahora está cansado.
-Ábrelo.

18 de enero de 2013

Eligen sin vivir, creen sin pensar.


La puerta pesada chirriaba como siempre, pero ya no pesaba lo mismo, y eso me gustaba.
Allí me encontraba. En las colinas verdes, recuperadas tras el acto violento de Sombra.

Y sin embargo, ahí estaba yo, con ella hablando los dos sentados en una colina de la Casa de Campo. Se había desplazado hasta mi barrio para ir al cumpleaños de su novio, pero quiso verme antes.
Y yo acepté, como un imbécil. Callando lo que mi interior quería decir, que solucioné encerrando junto a luchadora el fuego que me ardía en una jaula y enterrándolo a mucha profundidad en aquella tierra húmeda y fresca de mi mundo. Fingiendo ambos que nada había ocurrido.

6 de enero de 2013

Recuerdos perdidos.


-¡Traidor! -gritaba refiriéndose a mí.

Todas las miradas se fijaron en mi persona, mientras sus armas permanecían estáticas en el cuello del cuerpo más cercano, dispuestas a desgarrarlo en cualquier momento.
Una sombra emergió entre todas.
Lo hizo repentinamente. Nadie sabía que estaba allí hasta que apartó sin miedo ni prisa aquellas espadas y lanzas que se interponían entre aquella figura y yo.

-A nadie no. Yo lo sabía.

5 de enero de 2013

Recuerdos caídos.


El fondo negro, una larga sombra se levantaba a mi izquierda. Yo en el suelo entre pequeños escombros, él de pie, apuntándome con una espada y con la cara prácticamente iluminada.

-Dime, Carlos. ¿Qué se siente al enfrentarte a tu primer gran villano? ¡Estoy realmente loco!

Abrí los ojos mientras me acababa de levantar volviendo de nuevo a mis pensamientos, a mi mundo. Llevaba mucho tiempo levantándome, posiblemente mes y medio, pero ellos seguían allí, todos, en fondo del océano, observándome. Mis Mil Mentes.

-Ha sido un buen año -decía Optimismo con una sonrisa.