El choque cesó varios segundos, y en un rápido vistazo pude
cruzar miradas con Eissen, que tranquilo aspiró profundamente, y Optimismo, que
en una mirada nerviosa cargada de emoción lucía consternado. Razón sin embargo
miró con más furia a su enemigo, notaba su rabia por el engaño, su impotencia,
su fallo.
Sever entornó los ojos apretando sus dientes. Con su
gabardina gruesa rasgada, sus cabellos largos inmóviles. Con una lanza en su
mano derecha y el poder de Equánime en
su izquierda, en guardia no se movía, furioso porque sabía lo que sabíamos,
porque él tenía parte de mí y se encontraba parcialmente conectado conmigo.